martes, 14 de julio de 2009

Pensamientos y Fortunas de un Si Menor IV


El Tajo, el Almonda, sábanas de agua que reflejaban durante un breve momento las nubes que pasaban por el cielo y luego las dejaban porque otras venían. A pesar del tiempo, tanto, tanto, el viejo que hoy soy contempla con los mismos ojos inocentes las montañas y el "Río de Castril", las calles estrechas y empinadas del pueblo, las casas bajas, los olivos que le recuerdan a otros bajo cuya sombra se acogió en el pasado y cuyos frutos recogió, los caminos entre hierbas y flores, algún bicho asustado que corre a esconderse, dejando atrás el rápido estremecimiento de una planta rozada con el pasar. Algunas personas se pasan la vida buscando la infancia que perdieron. Creo que soy una de ellas.

Saramago

2 comentarios:

  1. Aquel hombre que olvida, que pierde para siempre el niño que fue, deja de ser hombre. Qué pena que casi no queden niños que dejen atrás plantas estremecidas...

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  2. el gran padre picasso, consiguió al final de su longeva vida lo que siempre anheló y luchó: dibujar como un niño

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